La preocupación es «máxima» ante las filtraciones de Ábalos y la situación de su sucesor, a quien dan por «desahuciado»

El silencio no es sinónimo de calma. Frente a la aparente tranquilidad que simula el PSOE, el estado anímico del partido socialista es de «preocupación máxima» ante la cascada de informaciones que están por venir sobre su secretario de Organización, Santos Cerdán. Un hecho elocuente es que hasta la irrupción de una periodista en el domicilio particular del número tres del PSOE, sólo su mano derecha, Juanfran Serrano, mostró públicamente su solidaridad con Cerdán. «Está solo y absolutamente amortizado», aseguran fuentes de la formación a THE OBJECTIVE. La sensación mayoritaria es que «el destino de Santos va unido al de Ábalos» y viceversa, y es cuestión de tiempo que las informaciones periodísticas cristalicen en un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que, a su vez, conlleve la asunción de responsabilidades políticas.

Fuentes del instituto armado consultadas por este diario rebajan la inminencia de este informe, que no es cuestión de días, sino de semanas; previsiblemente, para principios de junio. Sin embargo, no rebajan un ápice su contenido. Como reveló un empresario a THE OBJECTIVE, el secretario de Organización del PSOE formaba parte del llamado «grupo acelerador», junto al exministro José Luis Ábalos, Koldo García, el duelo de Levantina, Ingeniería y Construcción (LIC), Pepe Ruz, y el dueño de Sortis, Israel Pilar. El entramado agilizaba contratos públicos con la Administración a cambio de «una comisión del 20% para el PSOE», y en la jerarquía del mismo, Koldo «reportaba a diario a Cerdán», en calidad de «testaferro de Ábalos». Son muchos en el PSOE los que, en privado, no niegan estas informaciones. Más bien al contrario, la mayoría de los cargos consultados le dan alguna credibilidad. Los más cercanos a la cúpula se limitan a guardar silencio y a confiar en que no existan pruebas documentales lo suficientemente explícitas. Como hacían con Ábalos hace tres años, una vez asumida la ‘oscuridad’ de sus actuaciones. Pero ya hay pocas esperanzas de que no salgan a la luz las pruebas. Los dirigentes socialistas consultados por este diario dan por «amortizado» a Santos Cerdán y esperan que, cuando todo aflore, será forzado a dimitir. «Santos está desahuciado. (Pedro Sánchez) Le va a pedir que se vaya». Las similitudes con el caso de Ábalos son múltiples. Un retorno a julio de 2021 cuando, tras una destitución fulminante en el Gobierno, el secretario de Organización fue forzado a dimitir antes del 40º Congreso Federal del PSOE.

«Santos está desahuciado»

En el núcleo duro del sanchismo prometen que ni siquiera una eventual caída de Santos Cerdán forzará al presidente Sánchez a virar el rumbo de la legislatura hacia mayo de 2027, aunque este augurio es minoritario en el PSOE. Muchos recuerdan que Cerdán es «el segundo secretario general que caería» salpicado por el presunto entramado criminal que investiga el Tribunal Supremo y la Guardia Civil. El sustituto de Ábalos en la organización del partido no sólo es quien introdujo a Koldo García en Ferraz, 70 y quien se lo recomendó a Ábalos como chófer y responsable de seguridad; sino que constituye el enlace entre el pasado y el presente. Santos Cerdán fue la mano derecha de Ábalos como secretario de Acción Electoral y quien conoce su opaca facturación en Ferraz y sus gastos elevados. Por ello, los socialistas consultados aplican una lógica aplastante: «Si cae el segundo secretario de Organización, esto es el final». Quienes hablan no son miembros del sector crítico, sino fieles sanchistas que perciben la ‘mano negra’ de la «policía patriótica» del PP en la filtración de las actividades de Ábalos y Cerdán. Y es relevante comprobar cómo sitúan al actual número tres del PSOE más cerca de su predecesor que del actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. «Santi está solo y se siente muy solo. Está intentando salvarse», explican diferentes socialistas que han sido testigos de cómo Cerdán ha sido alejado del foco mediático y orillado en el proceso de renovación orgánica de los congresos regionales. Sólo participó en los de su territorio, Navarra y País Vasco, y alguna excepción menor.

Ni siquiera la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, salió en su defensa pública al ser preguntada este lunes por la inminencia del informe o sus vinculaciones con la constructora Acciona publicadas por el diario El Confidencial. El último en hacerlo fue el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, el pasado viernes, atreviéndose a poner «la mano en el fuego por él». No obstante, desde el PSOE interpretan este movimiento como una forma de «proteger a Pedro»; y sobre todo, como una «aparición de los que surgen en los momentos en que otros están a punto de desaparecer» para ganar posiciones.

La vendetta de Ábalos

Más allá de los rumores sobre los perfiles emergentes del partido -entre quienes se señala a Enma López y a Francisco Salazar, una para la comunicación del PSOE y el otro para la fontanería-, el impacto de lo que acontece en el partido tras la filtración de mensajes de Pedro Sánchez reconocida por el propio Ábalos ha sumido a los cuadros medios y altos del partido en un shock absoluto que no acaban de asimilar. «Lo que está pasando es de un nivel muy preocupante. Mensajes de un presidente del Gobierno desvelados por su número dos», se lamentan. Impacta, porque el reconocimiento de Ábalos dinamitó la estrategia del Gobierno de acusar a la UCO de las filtraciones para echar por tierra los próximos informes de Cerdán y de Air Europa. Pero, sobre todo, inquieta porque «Ábalos se ha vuelto loco. Está en una situación desesperada y hace cosas desesperadas. Veremos qué es lo siguiente». El pánico viene por la vendetta de Ábalos contra Sánchez, aunque el parón en la filtración de los mensajes ha dado un cierto respiro al PSOE y al Gobierno. Saben que no es por falta de material y desean que pueda producirse un acercamiento para evitar que todo salte por los aires: «Todavía estamos a tiempo». En Moncloa niegan el chantaje y creen que «ya es demasiado tarde» para un pacto que tendría que haberse producido en febrero de 2024, cuando le ofrecieron una retirada digna a cambio de entregar su acta de diputado. No obstante, la ‘desesperación’ de Ábalos también es económica: «Se ha quejado de que se está arruinando con abogados». Los movimientos subterráneos en el PSOE se intensifican para evitar que se cumpla una amenaza que recuerdan los secretarios provinciales y regionales de algunos territorios: «Me estás llevando al acantilado y si caigo, te cojo por la pechera y caemos juntos».

Fuente de la noticia: The Objetive